Cuando estás encantado con tu propio cuerpo, encantas también a los demás.
Mucha gente se enamorará de ti,
porque tú mismo te amas.
Ahora estás enfadado contigo mismo.
Sabes que eres feo, sabes que eres repulsivo, horrible.
Esta idea ahuyentará a la gente, esta idea no les ayudará a enamorarse de ti; los mantendrá apartados.
Sabes que eres feo, sabes que eres repulsivo, horrible.
Esta idea ahuyentará a la gente, esta idea no les ayudará a enamorarse de ti; los mantendrá apartados.
Incluso si se acercan a ti,
en cuanto sientan tu vibración, se alejarán.
No es necesario perseguir a nadie.
La persecución surge sólo porque
no nos hemos amado a nosotros mismos.
De otra forma la gente viene.
Les resulta casi imposible no amarte
si tú te amas a ti mismo.
¿Por qué vino tanta gente a Buda,
y por qué vino tanta gente a Jesús?
Ellos se amaban a sí mismos.
Ellos se amaban a sí mismos.
Se amaban tanto y estaban tan encantados con su ser que es natural que cualquiera que pasaba
se sintiera atraído por ellos.
Atraían como un imán.
Atraían como un imán.
Estaban tan encantados con su propio ser...
¿cómo vas a eludir ese encanto?
Simplemente estar allí era una dicha tan grande...
El tantra te enseña lo primero:
sé amoroso con tu cuerpo, hazte amigo de tu cuerpo, honra tu cuerpo, respeta tu cuerpo,
cuida tu cuerpo, es el regalo de Dios.
Trátalo bien, y te revelará grandes misterios.
Todo tu crecimiento depende de cómo
te relaciones con tu cuerpo.
OSHO